Mohamed Mohamed Farrara Lashtar, de 64 años, sobrino del fallecido dictador libio Muammar el Gadafi y miembro del círculo cercano de Daniel Ortega y Rosario Murillo, interrumpe a veces su rutina diplomática en países de Medio Oriente o África, y sale de las sombras para insultar a opositores en Nicaragua.
El martes 14 de febrero de 2023, el funcionario libio, nacionalizado al servicio de Ortega, contó en un artículo la anécdota de un gobernador de Damasco que rechazó venderle un “burro blanco” a un emperador alemán en 1898 para evitar dañar supuestamente la imagen de su pueblo y concluyó que “hay personas que defienden la reputación de su patria, contra quienes quieren destruirla, estos son los patriotas. Y hay burros que venden la patria por lo que contiene y lo que sea… ¡Este es el caso de los traidores!”.
Aunque no hizo referencia explícita al destierro de 222 presos políticos Lashtar repitió el discurso oficial contra los “traidores”, como califica el régimen a los ciudadanos que fueron despojados de su nacionalidad. Pero el embajador no solo calló sobre la misma, sino que defendió la posición de Ortega de que fue víctima de un “golpe de Estado” en 2018.
Lashtar no suele hacer comentarios públicos, excepto en contadas comparecencias en los medios oficialistas. Las ocasiones que lo ha hecho, sin embargo, derrocha servilismo, como la vez que, en otro escrito, calificó a Rosario Murillo como un “símbolo de lucha, en la histórica transformación revolucionaria, en la vida de las mujeres”.
En contraste con esas lisonjas públicas a sus jefes, la mayoría de sus vivencias son desconocidas. El ex diputado ante el Parlacen por el FSLN ha mantenido un bajo perfil en las últimas tres décadas, a pesar de la alianza de Ortega con Gadafi, que le permitió al caudillo financiarse y a Lasthar escalar en la cúpula del régimen de Nicaragua.
De su trabajo en las sombras, Lashtar volvió al escenario internacional en dos noticias recientes: El Ejecutivo lo nombró el 3 de marzo de 2023 como su embajador en Túnez y también el investigador estadounidense Douglas Farah lo mencionó el 6 de febrero de 2023 como miembro de una red de lavadores de oro ilícito en el mercado internacional, que trabaja precisamente para el tirano nicaragüense.
El 15 de noviembre de 2021, el sobrino de Gadafi y operador de Ortega fue sancionado por Estados Unidos. Gracias precisamente a la información del Departamento del Tesoro norteamericano, se pueden conocer algunos detalles personales como que tiene tres pasaportes: uno libio (NG252351), otro nicaragüense (C1102007) y otro diplomático emitido también por Nicaragua (A00000271).
Su casa de habitación se ubica en residencial Las Colinas, en Managua, y tiene cédula de Nicaragua: 777-170559-0000M. Esta documentación lo identifica como nicaragüense desde ue recibió la nacionalidad el 11 de abril de 1990 al final del primer período del Gobierno sandinista, según la resolución 1039 firmada por la directora de Migración y Extranjería de entonces, Ana Isabel Morales.
Nueve nombramientos oficiales desde 2007
Ortega subió al poder el 10 de enero de 2007 y, desde el primer momento, tuvo presente a Lashtar cuando realizó los primeros nombramientos en su gabinete.
En total, el gobernante ha designado en, al menos, nueve puestos públicos a Lashtar en Nicaragua, desde la primera vez. Esos nombramientos han quedado plasmados en La Gaceta Diario Oficial: secretario privado del presidente; secretario privado para asuntos internacionales; embajador especial para asuntos en el exterior; delegado para África, Medio Oriente y países árabes; embajador ante Kuwait y concurrente ante Egipto, Jordania, República Argelina Democrática y Popular, y ante Arabia Saudita.
Los registros oficiales indican también que Lashtar se desempeñó entre 2007 y 2011 como diputado suplente, en el Parlamento Centroamericano, de Jacinto Suárez, ya fallecido y cercano en su trayectoria política a Ortega y Murillo. Esa función legislativa la ejerció ese período de manera paralela a sus otros cargos públicos.
Dos fuentes diplomáticas consultadas por CONFIDENCIAL coincidieron en que estos nombramientos son potestad del presidente, quien recibe generalmente los agradecimientos cuando lo hace efectivo, mientras a los cancilleres les toca las “maldiciones” cuando son retirados.
También expresaron que el caso de Lashtar no es usual y que, realmente, no funge como “diplomático”, sino como “un operador de los intereses subterráneos de la pareja presidencial”.
“Por lo general, la persona está nombrada como embajador en un país y tenés la concurrencia en otro. Lo de Lashtar refleja el carácter de régimen dinástico que tiene la dictadura actual. Es visto como el enviado de la familia. Esa es la lógica con la que anda y la razón por la cual lo representa tanto”, afirmó uno de los informantes.
“Como es de origen árabe, libio, del Magreb, supuestamente les permite tener más entradas (de recursos), yo más bien creo que, en vez de andar buscando dinero, persiguen dónde colocar y ocultar cosas”, opinó.
La visión de esta fuente coincide parcialmente con la del investigador estadounidense Farah, quien denunció en una entrevista con Esta Semana y CONFIDENCIAL, que los países de Medio Oriente se mueven alrededor del oro y resulta una ventaja tener un embajador que hable esa lengua y pueda moverse en esa región con inmunidad diplomática, como es el caso de Lashtar.
Lasthar fue mencionado también en el caso de los Panamá Papers, una investigación de 80 medios, liderada por el Consorcio Internacional de Periodismo de Investigación y en la que CONFIDENCIAL fue parte. En 1998, se registró en Panamá la sociedad Laurel Properties Inc., que le otorgó un poder general a Lashtar.
Así conoció a los Ortega Murillo
A pesar de que el embajador es conocido en el círculo de los Ortega y solía atender, por mandato suyo en los noventa, a los movimientos radicales de izquierda de América Latina, sus vínculos con el dictador libio Gadafi fueron conocidos públicamente por la filtración de los cables diplomáticos estadounidenses en 2011, conocida como Wikileaks, divulgada en el caso de Nicaragua por una alianza periodística de CONFIDENCIAL con el diario La Nación de Costa Rica.
De acuerdo con esa versión, fue el embajador Paul Trivelli (2005-2008), quien supo de la existencia de Lashtar por información de fuentes internas de Nicaragua. Durante los años ochenta, antes de nacionalizarse, el libio se desempeñó en la sección comercial de la embajada de su país y se dijo que estuvo asociado a la “inteligencia libia”.
Otras fuentes confirmaron que fue embajador de Libia en Nicaragua en 2005-2006. Una fuente del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), consultada para este reportaje, explicó que Lashtar se relacionó directamente con Rafael Ortega Murillo, el hijo mayor de la pareja presidencial, cuando el caudillo sandinista viajaba a Libia para traer la contribución monetaria de Gadafi, lo que ocurrió con una frecuencia de una a dos veces al año, en la etapa posterior a la derrota electoral.
En esa etapa política, que Ortega llamó “gobernar desde abajo”, el sandinista recibió una remesa de su amigo libio. Incluso lo reconoció públicamente en una entrevista con el periodista Fabián Medina.
La fuente del FSLN relata que el caudillo sandinista solía tardar seis semanas en cada viaje que hacía a ese país, ocupando a Rafael Ortega Murillo como edecán en los mismos o a cualquiera de los hijos que viajó con él. Eso permitía desarrollar una relación personal con el dictador libio.
En Nicaragua, a Lashtar lo vieron como una fuente de “financiamiento independiente” a su tío en el FSLN. Alguien con vida propia, negocios propios.
“Esa relación era personal. Gadafi le entregaba el dinero en cheque y Ortega pasaba depositándolos en sus cuentas en Panamá. Ese dinero sirvió para que el secretario general (del FSLN) hiciera un patrimonio propio, con el cual tomara ventaja de otras facciones de la misma organización política en los noventa. Me refiero a Bayardo Arce, quien manejaba el capital del partido. Así de decisivo fue el respaldo que el dictador recibió entonces”, explica la misma fuente.
La fuente no sabe a qué negocios se dedicó Lashtar, pero sí confirma que le delegaba la atención de grupos radicales de izquierda. “Decile a Mohamed que atienda a los peruanos”, ordenaba Ortega, refiriéndose a los miembros de Sendero Luminoso.
Ortega tenía un vínculo con Gadafi importante. En los años 2000 y 2003, las FARC buscaron al líder nicaragüense para lograr la aprobación de un millonario financiamiento de parte de Libia, según dos misivas encontradas en 2008 en la computadora del antiguo jefe guerrillero colombiano Raúl Reyes.
Reyes murió en un bombardeo colombiano en su campamento en Ecuador. “Como entenderá si nosotros estuviéramos viviendo otras condiciones en Colombia, hubiéramos privilegiado una entrevista personal con usted para hablar no solo de este tema. Con ocasión de nuestro encuentro con los libios en ese país, ellos mismos nos explicaron las responsabilidades políticas a cargo del compañero Daniel Ortega, con la ejecución de las políticas del Gobierno libio en nuestra región”, le escribió Reyes el 22 de febrero de 2003.
Lashtar fue socio fundador en canal 13
De acuerdo con documentación del Registro Mercantil de Managua, Lashtar fue socio fundador de Celeste, S.A., el nombre mercantil de canal 13, dirigido por los hijos de la pareja presidencial: Maurice, Camila y Luciana Ortega Murillo.
Investigaciones periodísticas en abril de 2011 revelaron además que, mientras los hijos ostentaban los cargos más públicos en la televisora, los socios fundadores fueron Lashtar, María Luisa Mejía Martínez y Sandra Guevara.
Mejía Martínez es reconocida como abogada de Rosario Murillo y Guevara trabaja directamente para Ortega desde hace décadas.
No es primera vez que se cuestiona de manera independiente la idoneidad de los diplomáticos que ocupan cargos para Nicaragua durante la gestión de Ortega. En 2009, se conoció que el exprimer ministro tailandés Thaksin Shinawatra, prófugo en su país, viajaba con pasaporte diplomático nicaragüense.
Ortega ha protegido a otros prófugos de la justicia de sus respectivas naciones como los expresidentes salvadoreños, Salvador Sánchez Cerén y Mauricio Funes, quienes además fueron nacionalizados junto a sus familiares más cercanos.
La faceta empresarial de Lashtar es conocida parcialmente también en el país. Está asociada a la empresa agropecuaria Nicarabe Libia para el Desarrollo (ANILIB) donde ocupaba el cargo de presidente del Consejo, según información publicada durante junio de 2016 en el diario La Gaceta.
Esa parece ser una empresa clave de los libios en suelo nicaragüense. El caudillo sandinista le donó a ANILIB dos fincas, “San Ramón” y “Santa Gertrudis”, según el decreto 117-2008. Conforme a una investigación periodística, el Estado pagó 1.45 millones de dólares a finales de la década de 1990 por la Finca San Ramón, ubicada en San Francisco Libre. Ni Ortega ni la embajada libia comentaron sobre el tema desde entonces.
Cuando sí han cerrado filas es en temas de mutuo interés. Pasó con la muerte de Gadafi en mayo de 2011. Ortega denunció la “masacre” en Caracas y dos meses después el embajador dijo a los medios oficialistas que solo el gobernante nicaragüense y los países del ALBA dieron un “mensaje por la paz” ante la situación de su país.