La idea del proyecto de investigación se centra en aprovechar la energía que se desprende del cuerpo como una fuente de carga. Es decir, emplear la nanotecnología para utilizar el calor corporal como cargador.
De esa forma las personas podrían utilizar dispositivos como relojes, audífonos, lentes inteligentes… sin ningún riesgo de que se les acabe la batería. Así pues, los científicos trabajan en un dispositivo capaz de transformar el calor corporal en un generador de energía.
Cabe destacar que el cuerpo tiene una media de 36 grados centígrados y la temperatura ambiente, por lo general, va alrededor de los 25 grados. Por ende, es posible utilizar el excedente de temperatura del cuerpo para generar energía, sin causar ningún efecto que perjudique la salud.
La diferencia que queda se emplea para producir pequeños microvatios que son suficientes para cargar dispositivos electrónicos. No obstante, el reto principal se centra en crear el generador ideal que pueda ir adherido al cuerpo para absorber la energía y así emplear el calor corporal como cargador.
El objeto de estudio es desarrollar un dispositivo que sea capaz de adaptarse a la misma piel para captar mejor la temperatura.
“Conseguir estos mismos dispositivos, más pequeños y flexibles, de tal forma que se adapten al cuerpo y sean capaces de absorber la energía térmica que estamos desprendiendo y convertirlo en electricidad a dispositivos que llevemos encima como puede ser un reloj”,
explicó la profesora Marisol Martín.
¿Cómo se financia el proyecto?
La investigación cuenta con el apoyo financiero de los fondos Horizon de la Unión Europea. La idea de los científicos es que una vez que se desarrolle un prototipo exitoso, se inicie con el proceso de comercialización. Hasta ahora los investigadores recibieron un total de 2.499.516 de euros.
Los planes van más allá de desarrollar un generador con calor corporal, pues la idea es diseñar una empresa que sea capaz de cubrir sectores como la medicina, donde ya se están introduciendo otros campos experimentales como la inteligencia artificial.
Los científicos sostienen que este tipo de cargador no se limita a dispositivos como relojes, sino que también puede trascender a distintas áreas médicas para cargar aparatos que puedan medir la presión, la insulina, signos vitales, entre otros.
“Podemos pensar en tener ese tipo de dispositivos que estén continuamente midiendo y monitorizando el cuerpo, para luego pasar el chequeo y que el médico pueda realmente ver si el estado de salud es normal”,
comentó el científico Andrés Conca.
¿Por qué usar el calor corporal como cargador?
Los investigadores señalan que gracias a la nanotecnología es posible aprovechar las propiedades del propio cuerpo para facilitar y mejorar el uso de ciertos dispositivos.
La posibilidad de que incluso se pueda utilizar esta idea para cargar teléfonos celulares y aparatos médicos podría beneficiar a millones de personas en todo el mundo. Además, se constituye como una alternativa sostenible.
Por ahora, el proyecto se centra en poder cargar dispositivos pequeños a partir de un generador adherido a la piel. Sin embargo, dependiendo de las distintas partes del cuerpo que generen más calor, es posible utilizar varias zonas como baterías funcionales.